En las Sagradas Escrituras existen pocos textos en los que se haga
referencia exclusivamente al hombre o a la mujer. Por lo general, cuando Dios se
refiere al hombre se dirige a ambos. Por ejemplo:
1 Timoteo 2:4
El cual quiere que todos los
hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
Los mandatos de Dios son para todo ser humano, sea hombre o mujer. Dios
se dirige al hombre porque a él ha responsabilizado de toda la creación.
Génesis 1:26
Entonces dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces
del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en
todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Tremenda posesión de responsabilidad que Dios da al hombre, haciéndolo
señor de toda la creación, proveyéndole un espacio especial y manifestándole su
amor y sus cuidados.
Génesis 2:9
Y Jehová Dios hizo nacer de la
tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de
vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
Podemos imaginar las mejores y más deliciosas frutas que no han vuelto
a existir más.
Además…
Génesis 2:15:
Tomó, pues, Jehová Dios al
hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
Desde el principio, Dios pone a los suyos en el lugar que les
corresponde, siempre con una responsabilidad (“para que lo labrase y lo
guardara”). Debemos, por lo tanto, cuidar y guardar siempre lo que Dios nos da,
ya sea lo espiritual o lo material.
Génesis 2:16-17
Y mandó Jehová Dios al hombre,
diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia
del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente
morirás.
Debemos vivir dependientes de Él, de sus claros y precisos
mandamientos. Debemos ser obedientes a Él. El diablo nos incita a hacer lo
contrario. Por ello, debemos aprender a discernir lo que viene de Dios y lo que
viene del diablo.
Observemos que hasta aquí Dios había tratado solamente con el hombre,
por lo cual los varones debemos darnos cuenta de la gran responsabilidad que
tenemos para con Dios.
Génesis 2:18 y 22.
Y dijo Jehová Dios: No es bueno
que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. […] Y de la costilla que Jehová Dios tomó del
hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.
Debemos, también, entender, hombres y mujeres, la postura y
responsabilidad que nos corresponde a cada uno. El hombre necesita a la mujer y
la mujer fue creada para ayuda idónea.
Génesis 3:1
Pero la serpiente era astuta, más
que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la
mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Por primera vez aparece el diablo frente a la máxima creación de Dios,
dando a conocer sus características y dirigiéndose directamente a LA MUJER
(¡Ojo mujeres!). El diablo sabe que la mujer es más susceptible al engaño y a
la atracción para ser hechizada.
Génesis 3:4-5
Entonces la serpiente dijo a la
mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.
El diablo mezcla la mentira con la verdad para hechizar y luego manda
el tiro de gracia.
Génesis 3:6
Y vio la mujer que el árbol era
bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para
alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido,
el cual comió así como ella.
Este es el método que al diablo le dio resultado al principio y le
sigue dando hasta ahora.
1 Juan 2:16
Porque todo lo que hay en el
mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
…Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la
vida (¡Cuidado MUJERES Y HOMBRES!)
Cuando la mujer y el hombre comieron del fruto del árbol que Dios les mandó
que no comieran, vino automáticamente la muerte al hombre y a su mujer
(espíritu, alma y cuerpo).
Génesis 3:8
Y oyeron la voz
de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su
mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del
huerto.
“Se escondieron”, esto es muerte espiritual, separación del hombre de
Dios, el Espíritu Santo fuera del hombre.
Génesis 3:10
Y él respondió: Oí tu voz en el
huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
“Y tuve miedo”, esto es muerte del alma; intelecto, voluntad y
emociones descontroladas. Falta de paz, angustia, depresión, soledad, etcétera.
Génesis 5:5
Y fueron todos los días que
vivió Adán novecientos treinta años; y murió.
Esta es la muerte del cuerpo orgánico.
Sin embargo, a pesar de la desobediencia del hombre, el proyecto de
Dios para alcanzar su objetivo sigue adelante.
Hechos 17:26-27
Y de una sangre ha hecho todo el
linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les
ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; para que
busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque
ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.
Habiendo heredado el pecado de Adán y Eva (una misma sangre), el hombre
sigue viviendo limitado en tiempo y espacio, con la finalidad y la oportunidad
de buscar a Dios.
Cuando fue consumado el pecado vino la muerte de la forma como la hemos
descrito: espíritu, alma y cuerpo.
Romanos 5:12
Por tanto, como el pecado entró
en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a
todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
El hombre y la mujer, antes de haber consumado el pecado:
Génesis 2:25
Y estaban ambos desnudos, Adán y
su mujer, y no se avergonzaban.
Es decir, aunque estaban desnudos no había en ellos conciencia de
maldad sensual. La palabra desnudos, del hebreo eiróm, significa
descubierto. Dios no había implantado ninguna forma de vestir ni para el hombre
ni para la mujer, carentes de instintos carnales, de lujuria y sensualidad,
como es la desnudez en la inocencia.
Pero ¿qué aconteció después de comer el fruto?
La influencia diabólica, la carnalidad (el estado caído, pecaminoso del
hombre) entra en sustitución del Espíritu Santo a formar parte de la vida del
ser humano. Cuerpo, alma y espíritu, son transformados de un estado de
existencia eterna a un estado temporal e irracional. Dios los degrada a un
nivel de animales.
Génesis 1:29
Y dijo Dios: He aquí que os he
dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en
que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
“Arbol en que hay fruto y da semilla”, este era el alimento para el
hombre y su mujer antes de desobedecer a Dios.
Génesis 1:30
Y a toda bestia de la tierra, y a
todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en
que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.
Alimento para los animales: “planta verde les será para comer”.
¿Cuál fue el alimento para el hombre y la mujer después de la caída?
Génesis 3:18
Espinos y cardos te producirá, y
comerás plantas del campo.
¿Cuál fue la reacción de Adán y Eva en su estado de pecado?
(Recuerde que todos heredamos lo mismo)
Génesis 3:7
Entonces fueron abiertos los ojos
de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de
higuera, y se hicieron delantales.
1. “Fueron
abiertos sus ojos”. No diga que usted no ve el bien y el mal.
2. “Conocieron
su desnudez y se avergonzaron”. No diga que a usted no le mueve la desnudez.
Usted ya tiene conciencia y debería avergonzarse.
3. “Se
hicieron delantales” cubriendo sus partes sensuales por atrás y por adelante.
Delantal, en hebreo Kjagor, significa
un cinto que abarca de la cintura a los muslos. ¡Qué irracional! Hasta el día
de hoy el hombre quiere cubrir sus pecados a su manera (podríamos decir que
aquí inicia la práctica de principios religiosos). De esta forma el hombre
creyó que estaba resolviendo o cubriendo su problema (su pecado).
Pero ¿qué
ocurre cuando Dios los confronta?
Génesis 3:8-10
Y oyeron la voz de Jehová Dios
que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas
Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu
voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
Ya no soportan su presencia, porque los métodos del hombre no funcionan
para justificar el pecado y son desenmascarados por Dios, a pesar de que se
habían “cubierto” con delantales, el hombre contesta con toda conciencia: “tuve
miedo y me escondí porque estaba DESNUDO”.
Jeremías 2:22
Aunque te laves con lejía, y
amontones jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí,
dijo Jehová el Señor.
¡Solamente Dios puede quitar la mancha del pecado!
Génesis 3:12-13
Y el hombre respondió: La mujer
que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.Entonces Jehová Dios dijo a la
mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y
comí.
El hombre y la mujer siguen necios sin aceptar su responsabilidad y su
realidad de desobediencia a Dios. Tratan de justificarse y, aunque era verdad
lo que dijeron, no se arrepintieron de su desobediencia.
Génesis 3:23
Y lo sacó Jehová del huerto del
Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.
Cargaron con las consecuencias de su desobediencia. Sin embargo, es de suma
importancia observar que, a pesar de la necedad del hombre, desde el inicio, Dios
tiene ya un proyecto bien planificado para alcanzar el objetivo que se ha
propuesto.
Génesis 3:21
Y Jehová Dios hizo al hombre y a
su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
La palabra original en hebreo para túnica (Kethonet) significa cubrir (tanto al hombre como a la mujer). Es
decir, Dios les hizo túnicas para cubrir su pecado. Para esto tuvo que matar
algún o algunos animalitos inocentes, probablemente corderos, porque el pecado
es muerte y sin derramamiento de sangre no hay remisión de pecados.
Hebreos 9:22
Y casi todo es purificado, según
la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Y este es el método de Dios que usó siempre con su pueblo escogido para
remitir sus pecados.
Éxodo 29:38-39
Esto es lo que ofrecerás sobre el
altar: dos corderos de un año cada día, continuamente. Ofrecerás uno de los
corderos por la mañana, y el otro cordero ofrecerás a la caída de la tarde.
Así hasta la venida, muerte y resurrección de Jesucristo.
Juan 1:29
El siguiente día vio Juan a Jesús
que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo.
La sangre del cordero de Dios, Jesucristo, es quien nos redime, nos
limpia, nos lava y nos justifica; esto es, nos hace justos, sin pecados delante
de Dios.
Apocalipsis 5:9
y cantaban un nuevo cántico,
diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste
inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y
pueblo y nación;
Esto es, nos glorifica a todos hasta la misma presencia del Señor en
vida eterna.
Habiéndoles hecho túnicas de pieles a Adán y a Eva, Dios mismo los
vistió. La palabra vestir, del hebreo labash,
significa envolver como a un muerto. Dios, por su misericordia y gracia, los
cubre y les prolonga la vida terrenal, dándoles oportunidad de seguir
existiendo por algún tiempo para así continuar su proyecto hasta alcanzar su
objetivo.
Este es el principio espiritual fundamental por el cual los verdaderos
cristianos debemos vestir cubriendo toda nuestra desnudez y sin dar motivo a la
sensualidad.
Cuando usted, hombre o mujer, jovencito o jovencita, te vistes
mostrando tu desnudez, aunque sea en parte o provocando sensualidad, estás
vituperando los principios de Dios.
La Sagrada Escritura, además, nos ordena:
Deuteronomio 22:5
No vestirá la mujer traje de
hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu
Dios cualquiera que esto hace.
Ahora bien, el cristiano verdadero, discípulo del Señor, debe estar
consciente de su pecado, muerto a su naturaleza vieja, pero vivo por y para
Cristo.
Gálatas 2:20
Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí
mismo por mí.
…Vistiendo largo y suelto, sin ninguna atracción sensual. El hombre
debe andar varonilmente en todo su porte, en su forma de caminar, en su hablar,
en su arreglo personal, etcétera. No como AFEMINADO. Y la mujer debe ser de
forma femenina, no MASCULINIZADA.
1 Corintios 6:9
¿No sabéis que los injustos no
heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni
los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,
Por lo tanto, si Usted tiene el Espíritu Santo, si es hijo de Dios, Él le
enseñará y no buscará Usted pretextos ni acomodos como Adán y Eva para hacerse
delantales, porque, igual que ellos, permanecerá arrojado del reino de Dios.
Mi firma, Filipenses 3.